quarta-feira, fevereiro 03, 2016

(Re)Lendo


ESPERA

Cruel es la noche y dura cuando aguardo tu vuelta al acecho de un paso, del ruido de la puerta que se abre, de la llave que agitas en la mano cuando espero que llegues y que tardas tanto.
Crueles son en las calles los rumores de coches que me dan sueño cuando estoy junto a tus ojos.
Cruel es la lluvia suave, furiosa que fascina las enormes tormentas, las nubes con sus islas cuando espero que llegues y que el reloj enclava sus manecillas de oro en el corazón ávido.
Cruel es que todo sea precioso hasta el retorno de la espera, y el lento padecer del amor.
Cruel es rezar sin tregua la promesa olvidada de volver a ser buena, de sentir que redime estar bien preparada sólo para la dicha.
Cruel es la luz, perfecta, de la luna y del alba el alma de las horas sobre el campo y el mar y crueles son los libros, la voluptuosa música, hasta la anomalía de las caras etruscas.
Y es cruel aún después tener que ser humana no convertirme, al verte, en perro, de alegría.

Silvina Ocampo