quarta-feira, fevereiro 03, 2016

(Re)Lendo




Tú eres mi sed. Los pájaros, los astros...
¿Qué importa que haya un cielo?
¿Qué importa que te mueras y me muera?
¿Qué importa un Dios eterno?
Amo tu imperfección de barro oscuro,
amo tus ojos serios,
amo tus dulces manos pecadoras,
tu perdurable cuerpo...
¿Qué importa que te mueras y me muera?
Tú eres mi sed, el agua que deseo.
De bruces sobre el cauce impetuoso,
humildemente bebo.

Susana March